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"Una de las mayores creencias de la historia se vio obligada a dejar de ser una religión para formar parte de una mitología y todo por que personas de alto poder pensaban diferente."

Años de creencias, ideologías y una forma de entender la vida fueron destruidas en un abrir y cerrar de ojos. Las personas que creían firmemente en deidades como Zeus, Gea, Afrodita, Hares, Efesto, Atenea, etc, tuvieron que dejar de creer en ellos por miedo a no volver a ver la luz del día. Es bastante flébil saber que en la historia de la humanidad la gente perdía la vida solo por pensar diferente y es más aterrador cuando nos damos cuenta que hasta la fecha esto sigue sucediendo.

¿Por qué las personas dejaron de creer en los dioses griegos?

Hace mucho tiempo, existía una civilización que encontró la respuesta hacia la vida. El sol, la muerte y la existencia tenían un significado, el cual se remontaba a deidades. Todos convivían en armonía, adoraban a seres superiores y estos los recompensaban con comida, salud y paz. En Grecia todo era “perfecto”, pero había un conjunto de personas que no estaban de acuerdo con su forma de ver las cosas.


La mitología griega tiene cientos de relatos, los cuales son considerados como falacias en los tiempos modernos, pero hay un reducido grupo que en cierta parte es real. Se trata del Oráculo de Delfos, uno de los mayores tesoros de la humanidad. Reyes, héroes, campesinos y el clero, acudían a este recinto para saber lo que les deparaba el futuro.


El Oráculo de Delfos albergaba una sacerdotisa que tenía el poder de predecir el futuro, donde según los relatos, este siempre era asertivo. Las personas que acudían hacia ella debían hacer un ritual de purificación, donde antes de entrar tenían que limpiarse de pies a cabeza en el agua sagrada del tempo. Al entrar debían acceder a una cámara subterránea donde yacían las sacerdotisas o mejor conocidas como pitonisas, nombre otorgado por el origen del propio templo, el cual fue construido para el dios Apolo. Las pitonisas inhalaban los gases emitidos del suelo del templo, donde según la creencia, estos eran proporcionados por el dios Apolo. Cuando el gas entraba al cuerpo de las mujeres les concedía el poder de ver el futuro de la persona que las iba a visitar, pero este era dado a través de un acertijo, que de ser descifrado correctamente, podía conceder al visitante la respuesta a su petición.


Todo aquel comandante, héroe y rey estaba obligado a visitarlas antes de efectuar un atentado de guerra, de esta manera podrían saber si su estrategia serviría. Pasaron bastantes años y las personas jamás le perdieron la fe, al contrario, llenaban de riquezas sus pasillos en agradecimiento por su asertiva predicción. Esto se mantuvo en pie hasta la llegada del emperador romano Nero, responsable de la tragedia más grande que había visto Grecia.


Nero, hambriento de riquezas, ordenó a su ejército saquear el Oráculo, robando todas las estatuas de mármol y bronce que adornaban sus pasillos. Prácticamente no quedó nada, pero esto no fue impedimento para que siguiera activo, pues al final lo material va y viene. En otros países se había extendido la palabra del catolicismo y sus variantes como lo es el cristianismo. Al final, no había problema con que otras personas pensaran diferente, pero lamentablemente no todos opinaban lo mismo, siendo el emperador romano, Teodosio, quien dio fin al Oráculo de Delfos en el año 385, esto bajo el argumento de que allí solo se fomentaban supersticiones y rituales paganos. Las personas que creyeran en Hades, Tanatos, Demeter, Hestia, Hipnos, Helios, etc, eran castigadas, sometidas a creer en el dios del catolicismo, de lo contrario serían castigados a muerte ya que en ese entonces era muy fuerte el tema de la religión. Claro está que es poca la información sobre la veracidad de la muerte de las personas por seguir creyendo en deidades como esas, pero muchos historiadores concuerdan que no es nada difícil que la pena de muerte haya sido el castigo. Es más, ni siquiera es necesario enfocarnos tanto en eso, con solo analizar otros sucesos históricos y religiones nos damos cuenta que no es nada imposible, siendo el mejor ejemplo el holocausto de la segunda guerra mundial contra los judíos.


Juliano fue el último emperador creyente de estos dioses, envió un emisario al Oráculo de Delfos para que le respondieran una pregunta, pero la respuesta que consiguió no fue una de las más flébiles de la historia.

"El templo cayó en ruinas. Apolo ya no tiene un techo sobre su cabeza. Las hojas de los laureles están silenciosas. Las fuentes y arroyos proféticos están muertos"

El Oráculo de Delfos, también conocido como el ombligo del mundo, pasó a la historia, formando parte de cientos de relatos y hechos históricos. Hasta la actualidad no ha existido algún otro lugar que se le pueda comparar. Si un día deseas saber más de él y está en tus posibilidades, puedes viajar a Grecia, donde encontrarás sus ruinas. Aunque este esté destruido, todavía se pueden escuchar las pisadas de miles de personas que acudieron a este templo, sentir la energía de una civilización que dio su vida por lo que creían y una sociedad que descubrió el sentido de la vida.


Un par de pilares, mármol y un mensaje es lo que ha quedado de este lugar, siendo este último el que le daba la bienvenida a todo aquel viajero que cruzara por sus puertas.

"El mayor de todos los consejos. Conócete a ti mismo."

Calificación: ★ ★ ★ ★ ★

Publicada: 28/10/2023

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Asiel Jiménez

¿Por qué las personas dejaron de creer en los dioses griegos?

Publicada: 28/10/2023

Años de creencias, ideologías y una forma de entender la vida fueron destruidas en un abrir y cerrar de ojos. Las personas que creían firmemente en deidades como Zeus, Gea, Afrodita, Hares, Efesto, Atenea, etc, tuvieron que dejar de creer en ellos por miedo a no volver a ver la luz del día. Es bastante flébil saber que en la historia de la humanidad la gente perdía la vida solo por pensar diferente y es más aterrador cuando nos damos cuenta que hasta la fecha esto sigue sucediendo.

¿Por qué las personas dejaron de creer en los dioses griegos?

Hace mucho tiempo, existía una civilización que encontró la respuesta hacia la vida. El sol, la muerte y la existencia tenían un significado, el cual se remontaba a deidades. Todos convivían en armonía, adoraban a seres superiores y estos los recompensaban con comida, salud y paz. En Grecia todo era “perfecto”, pero había un conjunto de personas que no estaban de acuerdo con su forma de ver las cosas.


La mitología griega tiene cientos de relatos, los cuales son considerados como falacias en los tiempos modernos, pero hay un reducido grupo que en cierta parte es real. Se trata del Oráculo de Delfos, uno de los mayores tesoros de la humanidad. Reyes, héroes, campesinos y el clero, acudían a este recinto para saber lo que les deparaba el futuro.


El Oráculo de Delfos albergaba una sacerdotisa que tenía el poder de predecir el futuro, donde según los relatos, este siempre era asertivo. Las personas que acudían hacia ella debían hacer un ritual de purificación, donde antes de entrar tenían que limpiarse de pies a cabeza en el agua sagrada del tempo. Al entrar debían acceder a una cámara subterránea donde yacían las sacerdotisas o mejor conocidas como pitonisas, nombre otorgado por el origen del propio templo, el cual fue construido para el dios Apolo. Las pitonisas inhalaban los gases emitidos del suelo del templo, donde según la creencia, estos eran proporcionados por el dios Apolo. Cuando el gas entraba al cuerpo de las mujeres les concedía el poder de ver el futuro de la persona que las iba a visitar, pero este era dado a través de un acertijo, que de ser descifrado correctamente, podía conceder al visitante la respuesta a su petición.


Todo aquel comandante, héroe y rey estaba obligado a visitarlas antes de efectuar un atentado de guerra, de esta manera podrían saber si su estrategia serviría. Pasaron bastantes años y las personas jamás le perdieron la fe, al contrario, llenaban de riquezas sus pasillos en agradecimiento por su asertiva predicción. Esto se mantuvo en pie hasta la llegada del emperador romano Nero, responsable de la tragedia más grande que había visto Grecia.


Nero, hambriento de riquezas, ordenó a su ejército saquear el Oráculo, robando todas las estatuas de mármol y bronce que adornaban sus pasillos. Prácticamente no quedó nada, pero esto no fue impedimento para que siguiera activo, pues al final lo material va y viene. En otros países se había extendido la palabra del catolicismo y sus variantes como lo es el cristianismo. Al final, no había problema con que otras personas pensaran diferente, pero lamentablemente no todos opinaban lo mismo, siendo el emperador romano, Teodosio, quien dio fin al Oráculo de Delfos en el año 385, esto bajo el argumento de que allí solo se fomentaban supersticiones y rituales paganos. Las personas que creyeran en Hades, Tanatos, Demeter, Hestia, Hipnos, Helios, etc, eran castigadas, sometidas a creer en el dios del catolicismo, de lo contrario serían castigados a muerte ya que en ese entonces era muy fuerte el tema de la religión. Claro está que es poca la información sobre la veracidad de la muerte de las personas por seguir creyendo en deidades como esas, pero muchos historiadores concuerdan que no es nada difícil que la pena de muerte haya sido el castigo. Es más, ni siquiera es necesario enfocarnos tanto en eso, con solo analizar otros sucesos históricos y religiones nos damos cuenta que no es nada imposible, siendo el mejor ejemplo el holocausto de la segunda guerra mundial contra los judíos.


Juliano fue el último emperador creyente de estos dioses, envió un emisario al Oráculo de Delfos para que le respondieran una pregunta, pero la respuesta que consiguió no fue una de las más flébiles de la historia.

"El templo cayó en ruinas. Apolo ya no tiene un techo sobre su cabeza. Las hojas de los laureles están silenciosas. Las fuentes y arroyos proféticos están muertos"

El Oráculo de Delfos, también conocido como el ombligo del mundo, pasó a la historia, formando parte de cientos de relatos y hechos históricos. Hasta la actualidad no ha existido algún otro lugar que se le pueda comparar. Si un día deseas saber más de él y está en tus posibilidades, puedes viajar a Grecia, donde encontrarás sus ruinas. Aunque este esté destruido, todavía se pueden escuchar las pisadas de miles de personas que acudieron a este templo, sentir la energía de una civilización que dio su vida por lo que creían y una sociedad que descubrió el sentido de la vida.


Un par de pilares, mármol y un mensaje es lo que ha quedado de este lugar, siendo este último el que le daba la bienvenida a todo aquel viajero que cruzara por sus puertas.

"El mayor de todos los consejos. Conócete a ti mismo."

Redactor

Asiel Jiménez

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